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viernes, 1 de mayo de 2009

Los mártires de Chicago

¿Qué se conmemora el 1º de mayo?

El 1º de mayo se celebra el Día Internacional del Trabajo. En muchos países se realizan grandes desfiles o manifestaciones de organizaciones laborales y de trabajadores independientes. En algunas naciones la celebración oficial del 1º de mayo sirve como “termómetro” para medir la relación entre las organizaciones laborales y el gobierno, según el poder de convocatoria que tenga el Estado. Pero, ¿sabías que esta conmemoración tiene su origen en un episodio de la historia laboral norteamericana?. 

La Jornada laboral de ocho horas

La historia de los “mártires de Chicago” comienza en una convención trabajadores en 1884. En esa convención, la Federación llamó a los trabajadores a luchar por la jornada laboral de 8 horas (que se venía pidiendo desde la década de 1860), para sustituir el día laboral de 10, 12 y hasta 16 horas que prevalecía. La Federación declaró que la jornada de ocho horas entraría a efecto el 1º de mayo de 1886. En los meses previos a esa fecha miles de trabajadores, organizados e independientes, fueron puestos en alerta. Las fuerzas represoras policíacas y de la guardia nacional se prepararon para contrarrestar a los trabajadores, recibieron equipo y armas nuevas financiadas por poderosos líderes comerciales, que se oponían a las demandas laborales. Chicago fue el centro principal de la agitación.  

El primero de mayo de 1886

El primero de mayo de 1886, Albert Parsons, líder de la organización laboral “Caballeros del Trabajo de Chicago”, dirigió una manifestación de 80 mil trabajadores a través de las calles de Chicago, solicitando la reducción del horario laboral a ocho horas. En los siguientes días se unieron a esta demanda 350 mil trabajadores de toda la Unión Americana, que iniciaron una huelga que afectó más de mil fábricas. La unión de los trabajadores causó mucha alarma entre los industriales y en la prensa, pues vieron en las manifestaciones el inicio de una “revolución”.

Los anarquistas y otros radicales políticos creían que la reducción de jornada era una medida moderada y no quisieron involucrarse, pero el nivel de convocatoria que logró Albert Parsons convenció a los anarquistas de integrarse. El 3 de mayo August Spies, director de un periódico laborista, habló ante 6 mil trabajadores. El grupo de huelgistas se dirigió después a una fábrica cercana, la planta McCormick a manifestarse. Pronto llegó la policía, abrió fuego y mató por lo menos a un huelguista, hiriendo a muchos más.

La masacre de Haymarket

Los anarquistas convocaron a una reunión masiva en la noche del 4 de mayo de 1886 en el mercado de Haymarket, con el propósito de protestar por la brutal acción policiaca del día anterior. Spies, Parsons y Samuel Fielden fueron los oradores en Haymarket, ante de 2500 trabajadores. Cuando la manifestación estaba terminando, llegaron al lugar cerca de 200 policías. Mientras la policía pedía que se dispersara la reunión, alguien lanzó una bomba que mató a un policía. Se armó el alboroto y la policía comenzó a disparar, causando la muerte de siete policías y cuatro trabajadores, además de muchos heridos. No se supo nunca quién lanzó la bomba, pero ésto se tomó como pretexto para perseguir anarquistas y organizaciones laborales a lo largo del país. La policía saqueó hogares de trabajadores y arrestó a muchos de ellos. 

Los mártires de Chicago

El 21 de junio de 1886, ocho líderes laborales (Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg, Engle y Nebee) fueron acusados de conspiración para asesinato por la bomba que mató al policía. El juicio, que condenó a siete de ellos a morir ahorcados y a uno a 15 años de cárcel, estuvo plagado de mentiras e incluso el fiscal llegó a pedir al jurado: “Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones”. El 11 de noviembre de 1886 fueron ahorcados Parsons, Spies, Fischer y Engel. Louise Lingg, anarquista, se suicidó en prisión y Fielden, Nebee y Schwab lograron conmutar la pena de muerte por cadena perpetua. Más de 200 mil personas asistieron a la procesión funeraria de los líderes muertos.  

El caso de Haymarket fue un escándalo internacional. El gobernador Oglesby recibió cientos de miles de cartas pidiéndole clemencia para los condenados, pero todo fue inútil: los condenados fueron ejecutados. La verdadera causa de su muerte no fue la explosión de la bomba, sino su capacidad para organizar a la clase obrera en demanda de mejoras laborales, con lo cual amenazaban los intereses de industriales y conservadores dentro del gobierno.

La barra de abogados de Chicago condenó el juicio y siete años después el Gobernador de Illinois, declaró la inocencia de los ocho acusados y liberó a los tres sobrevivientes. Se construyó un monumento para depositar los restos de los hombres juzgados y honrar su memoria. Más tarde los restos de otros líderes laborales, como Emma Goldman, Bill Hayward y Joe Hill, fueron depositados en el Monumento Haymarket en Chicago.

El 1º de mayo se declara el Día del Trabajo 

En 1889, durante el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, celebrado en París, se decidió que el 1º de mayo conmemoraría en adelante la solidaridad laboral. Desde entonces la mayoría de los países, especialmente aquellos de pasado o presente socialista, celebran ese día a sus trabajadores. 
Paradójica y significativamente, el 1º de mayo no se celebra en Estados Unidos ni en Canadá como Día del Trabajo, sino como Día de la Ley (Law Day). En esos países se otorgó a los trabajadores el primer lunes de septiembre, un día sin significado histórico, para celebrar su día (Labor Day).
La jornada laboral de ocho horas en Estados Unidos tuvo que esperar hasta 1935 para ser aprobada, durante la presidencia de Franklin D. Roosvelt.