Sigo viva!

Hola buenas gentes. Ya, ya sé que me he vuelto a retrasar en poner aquí mis gotas de vida, pero es que una está tan relajada cuando no pasa "nada"..., espero que sepáis perdonarme.

Claro que a mi alrededor han seguido pasando cosas, las vacaciones, las notas (suspensos) de los niños, pero bueno son cosas cotidianas, que al menos no te hacen perder "demasiado" los nervios.

Bueno, si que hay algo que contar, sobre todo por si anda mi compi Ana leyendo por ahí, así vuelve prevenida de sus vacaciones (siento recordarte que se acaban).

Veréis, mi oficina (mis hijos dicen que es una oficina porque lo digo yo) está ubicada en un edificio que siglos atrás pudo ser una especie de centro comercial. Ahora la mayoría de los locales están vacíos, y vamos... que es una ruina de edificio.

Pues resulta que hay un grupo de okupas en uno de los locales, chavales cuando llegamos allí hace ya unos tres años, ya estaban allí, y que nunca han dado ningún problema, salvo claro, el simple hecho de ser okupas. Pero al consejero loco que tenemos desde hace un par de meses, parece que si le plantean un problema. Y al igual que terminó con nuestras pausas para el cigarrito, ha querido terminar con la plácida existencia de los okupas. Resultado, que a partir del lunes, la entrada que solemos utilizar (el edificio tiene cuatro) a partir del lunes estará cerrada, sólo podremos entrar por la puerta principal, e identificarnos ante unos guardas jurados para poder ir a trabajar (Ya sabes Anita, si el lunes quieres trabajar, el dni enl os dientes para entrar).

Así que una nueva lucha para esta rebelde que he descubierto que llevo dentro, porque no sé hasta qué punto tengo yo el deber de identificarme ante un vigilante lo primero, lo segundo porque antes sólo tenía que subir un piso para llegar a mi puesto de trabajo, y ahora tengo que subir dos, recorrer medio edificio y volver a bajar uno. Y como resulta que soy minusválida (llevo una prótesis en la cadera y unos cuantos tornillos en el tobillo contrario) como que no me apetece mucho la idea, aunque mi encargadilla (Juan está de vacaciones y se encontrará la sorpresa también) ha dicho que intentarán buscar una solución con el administrador de la finca. 

Bueno, ya os contaré, porque esto promete dar que hablar durante unos cuantos días.